En este sentido, es clave entender la diferencia entre el ahorro (suma que se resigna en el presente para utilizar en el mediano o largo plazo y que se aparta para mantenerla guardada ya sea en moneda dura o en alguna cuenta bancaria tradicional) e inversión (dinero que se decide no utilizar en el presente para obtener un redito extra en el futuro). Ambas decisiones y resultados suelen diferir en el tiempo. Cuándo se decide ahorrar se resigna el capital pero sin incrementarse en el tiempo (y en un contexto inflacionario nacional e internacional, la moneda pierde valor), mientras que invertir significa el uso de capital en activos financieros de mayor o menor riesgo que al final del período establecido nos generan una renta, interés, dividendo.
Supongamos que enero 2024 tenemos una inflación de aproximadamente 23%. Si una persona decide invertir los pesos que tienen desde el primer día del mes y retira el capital el último día, se observa que la única inversión que generó un rendimiento superior a la inflación en términos reales fue mediante el dólar CCL con un 24,4%, mientras que si se invertía en dólar MEP el rendimiento fue de 19%, dólar bue 18%, plazo fijo 9% y el plazo fijo UVA con un 19,5% (se tomó un promedio entre los primeros 15 días de noviembre y 15 días de diciembre).
Ahora, si tomamos el período acumulado desde enero 2023 hasta enero 2024, en relación a los mismos activos tradicionales veremos que el oro con 288% y el plazo fijo UVA son los que superaron al valor de la inflación con 288% y 293%, respectivamente, mientras que activos como un plazo fijo tradicional, dólar MEP, blue, CCL perdieron en el mismo período.